
El ejercicio físico de elevada intensidad ha demostrado ser dañino a nivel de las aurículas y el ventrículo derecho, incrementando el riesgo de padecer arritmias no solo en deportistas de élite sino también en personas que lo practican intensamente Los deportes que conllevan un mayor riesgo de arritmias son aquellos considerados de resistencia, como el ciclismo o el atletismo, al multiplicar por cinco los litros de